La vida es como una ruleta, a veces te toca perder, otras ganar, otras veces simplemente evitas jugar. Pero ¿sabéis que? En todos los juegos existen comodines, los cuales te ayudan a ganar. Hace siete años encontré a uno de mis mayores comodines, y sí, es un comodín, ya que cuando perdí me ayudó a seguir, cuando gané, lo celebró conmigo, y cuando me mantuve, me sonrió para que nunca descendiese. Gracias a gente como tú mi vida siempre ha tenido una porción de felicidad que nunca me podrán quitar, y esa me la diste tú. Gracias por haber hecho de mi vida algo mejor, por hacerme tan feliz, por ser borde, por quererme, por tus abrazos, y por tu día a día. Hace un tiempo lo dije, pero ahora lo repito; los comodines existen, pero los Dioses también.
3 comentarios:
Es precioso, Kristen. Totalmente de acuerdo contigo.
Un besito :)
Mi "pequeña" escritora cada vez va mejorando más.
Me encanto este texto, es preciosos. Adoré el principio, lo de la ruleta, aunque lo del final me encantó.
Que guapo *.*
Escribes muy bien :)
Besooos
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